lunes, 29 de julio de 2013

Revolución Bolivariana y cuidado del ambiente

"Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado." (...) "Es un derecho y un deber de cada generación, proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro." Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Artículo 127. 1999.
 
 
Campesinos tachirenses. Foto: José Zambrano.
Como bien sabemos, nuestra Constitución consagra como obligatoria la educación ambiental, en todos los niveles y modalidades del sistema educativo. Por otra parte, nos habla de que nuestro estado debe proteger la diversidad biológica y los procesos ecológicos. Pero también nos dice que es nuestro deber como personas cuidar ese entorno que nos ha tocado. A veces pensamos que Venezuela es un país bendecido, y que le ha tocado más que los demás, pero, no es así, cada nación tiene sus bendiciones naturales, que podemos ver desde los montes Huang en China, los místicos desiertos de Mongolia, la tundra en Rusia, las sabanas africanas, las dunas del Sahara; cada país tiene la responsabilidad de entender y preservar su ambiente; no hablaremos de recursos como el petroleo porque nos extenderíamos demasiado, es un deber de cada país cuidar y administrar lo que le toca. Pensar que la riqueza natural de Venezuela es infinita y es demasiada, es un error que nos puede llevar a pensar que podemos malgastar recursos. Muchos países hoy desérticos antiguamente fueron exuberantes en naturaleza y especies biológicas.
 
Vista hacia el Mar Caribe desde El Ávila. Foto: José Zambrano.
 
Feria de la economía popular en Plaza Caracas. En la torre sur de este Centro Simón Bolívar se encuentra ubicado el Ministerio de Ambiente. Foto: José Zambrano.
El presidente Chávez estuvo siempre consciente del cuidado del ambiente, del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y fue un gran activista en torno al problema de la crisis ambiental. Con actividades que iban desde la creación de Misión Árbol en 2006 hasta la firma de numerosos tratados y convenios internacionales, como las enmiendas del Protocolo de Montreal, sobre sustancias agotadoras de la capa de ozono; o el Protocolo de Kyoto. También se han creado leyes fundamentales que debemos conocer y hacer cumplir, como la Ley de Protección a la fauna doméstica libre y en cautiverio. La prohibición absoluta de la pesca industrial de arrastre, promovida por Chávez ha ayudado a salvar millones de peces y especies vegetales de nuestros mares, incluso a la preservación del plancton, base fundamental de la vida marina. Nos habló de la producción agrícola para la vida sustentable, como modo de vida para la salvación del mundo, y no como producción de mercancías; se opuso fervientemente al uso de los cultivos para la elaboración de combustibles. Impulsaba la investigación de otras fuentes de energía. Vayamos a la avenida Bolívar y veamos esos postes que funcionan con luz solar, veamos hoy cuántas casas funcionan con luz blanca. Además, continuamente rescataba los saberes originarios de nuestros pueblos indígenas, y su relación sagrada con la madre tierra. 
 
 
 
 
Manglares en el Edo. Zulia. Foto: José Zambrano.
Cuidar la naturaleza y garantizar un mundo mejor no consiste solamente en no arrojar basura, eso es solo un aporte al gran problema ecológico. Tu puedes contribuir en gran manera haciendo muchas otras cosas, por ejemplo: No compres animales de contrabando como guacamayas, loros o monos araguatos. Cuando vayas a un parque nacional, no extraigas especies biológicas o vegetales, como los frailejones; incluso no te lleves piedras o fósiles. Pensarás que una piedra es solo una piedra, pero a la naturaleza le ha costado enormes eras geológicas producir ese material, y creerás que solo tu te llevas una, pero si miles de personas se llevan una piedra podrán acabar con la belleza y la riqueza natural de un lugar. Siembra un árbol, porque como dijo Chávez: el árbol y el agua están intrínsecamente relacionados: sin árboles no habría agua, sin agua no habría árboles; sin agua no habría vida.

miércoles, 24 de julio de 2013

Lombricultura

"La naturaleza no hace nada en vano" Aristóteles.
Los residuos tóxicos de los agroquímicos afectan por igual a los suelos y el agua; y generan tanto en nosotros como en los demás animales muchos efectos perjudiciales, como enfermedades. Los efectos del uso excesivo de estas sustancias sobre la fauna y flora microscópica de los suelos es devastadora, produce el empobrecimiento del suelo y su desertificación; ya que esos pequeños organismos son los encargados de descomponer la materia orgánica de la cual se alimentan las plantas.
Es por estos motivos que hoy en día muchos grupos de personas se están organizando e investigando para trabajar con alternativas más ecológicas, como el uso de fertilizantes y pesticidas naturales. 
Como alternativa actual existe la lombricultura: una biotecnología basada en la cría de lombrices para la producción de humus, aunque algunos las usen como cebo de pesca o para la cría de aves y peces. 
Fuente de la imagen:www.agroforestalsanremo.com

El humus de lombriz se produce por las transformaciones que sufre el alimento ingerido a través de su tracto digestivo, donde vive una gran cantidad de bacterias que lo procesan y enriquecen. Las lombrices se alimentan de hongos y bacterias; y éstas a su vez de las materias orgánicas en descomposición, tanto vegetales como animales; pero las lombrices no comen directamente vegetales ni restos de animales, debe hacerse antes un compostaje de los desechos. Como podemos notar, esa es una buena forma en la que podemos hacer reciclaje desde el hogar, ya que utilizaríamos restos vegetales de nuestra cocina, pequeños huertos, o estiércoles de animales herbívoros.
 
Fuente de la imagen: danielavera0316.blogspot.com
El producto es un abono exelente: mejora la retención de humedad del suelo, su acidez, le aporta gran cantidad de compuestos nitrogenados y sustancias orgánicas.
Tu mismo puedes iniciar un pequeño lombricario en tu comunidad, pues se requiere de poco dinero y poco espacio. Para empezar, bastará un cantero de al menos 1,20 por 2 metros. Igualmente, es recomendable que leas al respecto o que pidas asesoría en las instituciones oficiales. Ya que como seres vivos las lombrices tienen sus requerimientos de humedad y temperatura, así como enemigos naturales, y hay cosas que no toleran, como los residuos de pino o eucalipto. 
Organízate, cultiva, produce. Aquí tienes una buena alternativa para iniciar una pequeña empresa de producción social ya que con tu comunidad puedes vender o truekar el abono a otras personas que lo necesiten.

martes, 2 de julio de 2013

Educación y ambiente

Panorámica del Pico Oriental, visto desde el Occidental, a la derecha comienza a dibujarse Caracas. Foto: José Zambrano.











La educación para el ambiente es desde hace varios años un componente importante de la formación básica de los niños en nuestro país, y es, además, parte de la formación “obligatoria” de los docentes. La idea de educación física y recreativa que incluyera caminatas o paseos por los entornos naturales formaba parte del proyecto de Currículo Nacional Bolivariano. En conclusión, en nuestro país, ya se ha estudiado la importancia de que el estudiantado se relacione con el entorno natural, no sólo a un nivel científico e investigativo, sino también de una manera que le permita sentirse parte de ese entorno, que sea más activo en el mundo, que sea más sensible y respetuoso con la naturaleza. Grandes filósofos, como Jean-Jaques Rousseau, conocían esa importancia; al parecer, él mismo realizaba largas excursiones o caminatas.
Huellas de aves y personas
mezcladas en un sendero del Waraira. Foto: José Zambrano



La práctica de educar para entender el ambiente debe sobrepasar la comprensión conceptual, centrada en el libro y en sus contenidos. Debe incluirse la educación con el ambiente, donde el ambiente también sea un medio de aprendizaje. Es decir, un proceso donde la persona que se forma tenga la oportunidad de contemplar por sí misma el mundo, de reflexionar y hacer sus propias teorías. Debería permitirse esa sea una oportunidad más para el aprendizaje centrado en el proceso individual del educando; que sea también, un proceso de esparcimiento y relajación, más allá de una actividad meramente física. El ejercicio es fundamental en la formación, pero el ser humano es un complejo que trasciende lo meramente físico, pues tiene necesidades psicológicas y racionales.

La riqueza de la educación ambiental es verdaderamente amplia. Los antiguos insistían en que mucho de lo que hay que aprender ya está en la naturaleza, pero como nos recuerda el autor de El principito “lo esencial es invisible a los ojos”. Quizás es en ese punto donde entra la importancia de la labor del educador como un guía, un tutor o un mentor que asista ese proceso.

A veces sentimos que estas ya las supieramos desde hace mucho, pero que necesitaramos contínuamente recordarlas y evaluarlas. Pues, más que un cambio en el sistema, se requiere una labor  activa y consciente de los individuos. Una educación diferente e integradora dependerá de buenos maestros, pero también depende de una labor
esmerada de los padres o responsables.

Lo que se aprende de la tierra, con la familia,
con el trabajo, es más significativo y valioso
que conocimientos estériles y alejados de la realidad
dados en un aula cuadrada. Foto: José Zambrano